CURSO 2020-2021
Otra
de las actividades con la que ha participado el dpto de Ciencias, en el proyecto
ComunicA ha sido la elaboración de un herbario con las hojas
recogidas en el parque, instituto y paseo marítimo de Balerma. Dicha actividad
la ha realizado el alumnado de 1º de la ESO en la materia de Biología y
Geología. Los pasos que se han seguido han sido los siguientes:
1.-
Se han recolectado las hojas de diferentes árboles y arbustos de Balerma
2.-
Se han puesto a secar dentro de hojas de periódicos
3.-
Se han prensado con el peso de libros, diccionarios, placas de madera...
4.-
Las hojas se han fijado en papel de estraza
5.-
Se han clasificado dichas hojas
El resultado final ha sido este:
Inscrita en el programa ComunicA el alumnado de 3º de ESO ha realizado la actividad consistente en la explicación de conceptos de la materia de Física y Química a través de vídeos:
MASA PROMEDIO (lAURA FUENTES)
COMPONENTES DE UN ELEMENTOS QUÍMICO (ZOHRA LAGNADI)
Os presentamos los trabajos ganadores del concuro 'Cuidemos el medio ambiente':
Trabajos de 1º y 2º de ESO:
Autora: Rocío Cortés Cortés
Autor: Marcos Miguel Rodríguez Gómez
Autor: Gonzalo Valencia Fernández
Trabajos de 3º de ESO:
Autora: Alba López Mingorance
Autora: Laura Fuentes Suárez
Autora: Elizabeth Fernández Enríquez
A continuación os dejo el texto ganador del 2º premio de redacción del XXIX Certamen literario de la Biblioteca Municipal de El Ejido elaborado por la alumna de 3º de ESO A, Candela Pende López.
UN PASEO AL MAR
PRÓLOGO
Nací en un lugar donde abundan las historias. Y no es de
extrañar, porque son unas tierras que se prestan a ello. Cubiertas de frondosos
bosques, son el escondite ideal para multitud de criaturas, muchas de ellas muy
raras.
Siempre he disfrutado escuchando estas historias, aunque sé
de gentes que lo han pasado verdaderamente mal, después de una sesión junto a
la hoguera, en las noches de verano. Sé también de algunos que se han adentrado
en la fronda a averiguar si estas habladurías son ciertas y nunca han
regresado, al menos por su propio pie.
Sin embargo, creo que, en el fondo, todos les tenemos cierto
aprecio, aunque sin duda mucho respeto. Les hemos puesto nombres muy bonitos,
pero a la vez terribles, para que los niños no se aventuren en tan peligrosos
parajes.
Como he dicho, siempre me han gustado mucho las leyendas de
mi tierra. Pero, cuando las escuché todas, y me las aprendí de memoria, empezó
a crecer en mi corazón el deseo de oír nuevas historias...
CAPÍTULO I : LA
LLEGADA DEL EXTRAÑO EXTRANJERO
En el momento en que transcurren los acontecimientos que me
dispongo a relatar yo era solo un muchacho, de unos catorce años de edad.
En mi aldea había una taberna, donde nos reuníamos todos los
vecinos al caer la tarde.
Acostumbraba ir un hombre extraño. Era mayor, extranjero, y
siempre hablaba en verso. Solía repetir:
-Yo, que muy lejos nací,
os suelo visitar.
Mil historias me pedís,
mas tanto mundo vi
que no sé ni qué contar.
Yo, como todos los demás chicos de mi edad, escuchaba
maravillado todo lo que decía. Él se daba cuenta, y nos sonreía.
Un día, después de una larga jornada de trabajo ayudando a
mis padres, fuimos a la taberna.
El viejo llevaba unos meses sin visitarnos y, cuando
llegamos, nos dimos cuenta de que aún no había llegado.
-Señores, me parece que, cuando regrese, tendrá varias
historias para contarnos -decía el alcalde.
-Eso si vuelve -comentaban algunos-. Ese viejo no se anda por
buenos lugares, te lo digo yo.
Pero sí volvió. Sediento y famélico, como siempre, pero
volvió. Irrumpió en la taberna, envuelto en viejos harapos raídos, y dijo:
-Amigos, he vuelto,
y espero que no sea mucha molestia
que me sirváis una cerveza,
mientras yo todo os lo cuento.
Le sirvieron la cerveza, pero no nos contó nada porque, nada
más que se sentó en un taburete junto a la barra, se durmió.
El tabernero y su mujer lo levantaron y lo tumbaron en una
cama en su casa, que estaba en la parte trasera, y lo dejamos descansar.
CAPÍTULO II : UNA
PETICIÓN INESPERADA
Al amanecer del día siguiente mis padres y mis hermanos
mayores se prepararon para ir a trabajar, pero yo me quedé en casa, porque me
dijeron que el día anterior había ayudado mucho, y que me merecía un descanso.
Unas horas después de que se hubieran ido, alguien llamó a la
puerta; era el anciano. Ya no tenía tan mal aspecto como la noche anterior; le
habían dado ropa nueva, y no parecía tan cansado.
-Tengo que hablar contigo -me dijo.
Su repentina aparición y su afirmación no me desconcertaron
tanto como el hecho de que no hablara en verso. Debió de percatarse de mi
asombro.
-¿Pensabas que siempre hablo haciendo rimas?¿Tienes idea de
lo difícil que es, muchacho? Ya me cuesta trabajo hacerlo para entretener a
esos borrachos en la taberna, como para hablar siempre así.
Bueno, ¿me has oído? Te he dicho que tengo que decirte algo.
Más bien hacerte una propuesta. ¿Me estás oyendo, chico? Quiero hacerte una
propuesta.
-Sí, sí, te oigo -contesté, sin salir de mi asombro-. ¿Qué me
propones?
-Bueno, chico, me estoy haciendo viejo... Llevo mucho tiempo
pensándolo, y en esta última aventura me he dado cuenta de que estaba en lo
cierto. ¿Aceptas?
-Aceptar... ¿a qué?
-¡Hay, vaya, hombre, pero si no te he dicho nada! ¿Ves cómo
me estoy haciendo viejo, chico? Mi propuesta es la siguiente: ¿quieres
acompañarme en uno de mis viajes, tal vez el último? No es ninguna aventura,
chaval, nada de eso. Solo un paseo. Te enseñaré el mar. ¿Aceptas?
CAPÍTULO III : UNA
PETICIÓN MUY ESPERADA
¡El mar!¡Yo, que soñaba con poder oír nuevas historias, tenía
de pronto la posibilidad de viajar y ver el mar!¡Lo que durante toda mi vida
había sido una fantasía estaba ahora al alcance de mi mano!
Salí corriendo hacia las tierras de mis padres, y les
pregunté si me daban permiso para acompañar al anciano en su “paseo” al mar. Mi
madre me dijo:
-Verás, hijo mío, tu padre y yo llevamos tiempo imaginando
que tarde o temprano nos lo pedirías; solo hay que ver qué cara pones cuando
escuchas las historias que cuenta. Sabemos que quieres ver mundo, y hemos
decidido que no te lo impediremos. Sin embargo, te diré lo que pienso: ese
hombre es muy extraño, y me parece que es peligroso ir con él. Como sé que esto
que te digo no te amedrantará, ni te hará cambiar de opinión, te diré: ten
cuidado, hijo.
Abracé a mis padres y a mis hermanos, y corrí al encuentro
del viejo.
CAPÍTULO IV : UNA
NOCHE DIFÍCIL
Partimos al anochecer. Recuerdo a la perfección cómo me sentí
cuando empezamos a adentrarnos en el bosque, dejando atrás todo lo que
consideraba seguro. Mi casa, la protección de mis padres y mis hermanos, la
gente que conocía, la taberna... No sabía lo que me esperaba al otro lado, ni
tampoco lo que me encontraría al rodear el siguiente árbol o al subir la
siguiente pendiente. El viejo caminaba a mi lado, despacio, pero con paso
seguro. De vez en cuando volvía la vista hacia mí, me observaba durante un
momento, y luego la fijaba de nuevo en el camino. Una de estas veces me
preguntó:
-¿Nunca habías salido de la aldea?
Yo negué con la cabeza, y guardé silencio. Caminamos durante
unas horas más, y después nos detuvimos bajo las ramas de un árbol. Comimos
algo y, sin mediar palabra, nos fuimos a dormir.
Bueno, él se fue a dormir, porque yo no pegué ojo en toda la
noche; tenía demasiado en lo que pensar.
Estaba muerto de miedo. Nunca había estado tan lejos de casa,
y me sentía totalmente desprotegido, allí, en medio del bosque y a oscuras. A
lo largo de mi vida había escuchado muchas leyendas sobre aquel lugar, algunas
de ellas no demasiado tranquilizadoras.
Sin embargo, el deseo de escuchar nuevas historias y de
visitar nuevos lugares me daba ánimos, y me ayudaba a controlar el temblor de
mis manos, que a esas alturas de la noche se había convertido en un verdadero
problema. El pensamiento de que tal vez algún día mis vecinos me pidieran
historias de mis aventuras en la taberna, al igual que entonces se las pedían
al viejo, me dio fuerzas y valentía para no salir corriendo y volver a mi
hogar, pidiendo ayuda a gritos a mis padres. Aunque confieso que no fue una
tarea nada sencilla, y que me dieron ganas de hacerlo más de una vez.
CAPÍTULO V : LAS
LLANURAS
Después de una noche que se me hizo eterna, al fin amaneció.
Recuerdo el alivio que sentí cuando vi los primeros rayos del sol asomar
lentamente sobre las copas de los árboles, y lo cansado que estuve durante toda
esa jornada.
Caminamos, caminamos y caminamos sin parar y, al caer la
noche, yo lo hice también, rendido. Esta vez no me preocuparon las extrañas criaturas
de las que había oído hablar, y tampoco tuve la tentación de regresar corriendo
a casa, con lo cansado que estaba y lo mucho que nos habíamos alejado.
Aunque todavía estábamos en el bosque (que, como descubrí,
era enorme), ya debíamos de estar muy cerca de las gigantescas llanuras que,
según el viejo me contó, había al otro lado.
No tardé mucho en descubrirlo, porque, al atardecer del día
siguiente, las vi con mis propios ojos.
Aún sonrío cuando pienso en aquel momento: yo de pie, justo
en la zona donde terminaba el bosque, sin atreverme a dar un paso adelante,
mientras el viejo tiraba de mí con todas sus fuerzas para obligarme a caminar,
diciéndome que, si no avanzábamos, no encontraríamos un lugar seguro para pasar
la noche.
Al final me convenció (no me apetecía dormir allí mismo, en
un lugar tan abierto), y seguimos caminando, cada vez más deprisa.
El viejo parecía dirigirse a un lugar concreto. Me di cuenta
por su paso decidido, y por los constantes vistazos que le echaba a un viejo
mapa que llevaba en la mano.
-¿Adónde vamos? -le pregunté.
Me miró fijamente a los ojos, y me dijo:
-Eres listo, chico... Te dije que te llevaba a ver el mar y,
sin embargo, ahora sospechas que no es allí a donde nos dirigimos. Te diré que
estás en lo cierto; no vamos al mar, al menos por ahora. Primero quiero
llevarte a un sitio...
En un primer momento me asusté, pero decidí confiar en él.
CAPÍTULO VI : LA
OTRA TABERNA
La verdad es que hice bien en hacerlo, porque ese día fue uno
de los más felices de mi vida.
El viejo me llevó a un pequeño pueblecito de los que había
desperdigados por aquella zona, y allí entramos a una taberna, muy parecida a
la de mi aldea, aunque bastante más grande. Llegamos casi al anochecer, así que
estaba abarrotada.
Por lo que el viejo me dijo, era un lugar muy concurrido,
porque por allí pasaban casi todas las rutas, tanto las que venían del norte
como las que venían del sur, y algunas del este y del oeste.
Ahí estaba la explicación de la gran variedad de gentes que
había en el local: vi a un grupo de hombres de piel muy clara y barbas rubias,
norteños sin duda, y a una familia morena que vestía coloridas ropas y que
acababa de dejar un camello a la entrada, procedente, por supuesto, de los
desiertos del sur. También había otros que, como nosotros, venían de los
bosques, y otros que dijeron ser de algún lugar de la costa. El resto eran
vecinos de la aldea que, como yo había hecho tantas veces, iban a la taberna a
descansar y a charlar un rato después de trabajar, y que esperaban que alguno
de los presentes contara algo interesante que mereciera la pena. Y lo cierto es
que su deseo (y el mío) se hizo realidad.
Escuché historias de todos los rincones del mundo, esas
historias que tanto había querido oír. Todos en aquella taberna tenían algo que
contar, y muchos de los acontecimientos que relataban transcurrían en lugares
fuera de los confines de mi imaginación.
Aquel día descubrí lo grande que era el mundo, y me di cuenta
de lo pequeña que me parecería mi aldea cuando volviese, al término de mi primera
aventura. Procuré apartar de mi mente estos pensamientos, pues me sentí un poco
traidor cuando me descubrí a mí mismo pensando en ellos, y me concentré de
nuevo en las historias.
Como he dicho, escuché muchas, todas maravillosas. Pero hubo
una que me llamó especialmente la atención. Y fue así porque su protagonista
era un chico que había vivido en mi aldea, muchos años atrás...
-Tendría más o menos tu edad, muchacho, cuando dejó la aldea
-me dijo el tabernero, que era quien estaba contando la historia-. Se fue solo,
sin decir a nadie a dónde se dirigía, ni por qué se iba. Debía de sentirse muy
mal, para tomar semejante decisión. O tal vez, como tú, lo único que deseaba
era oír historias... -suspiró largamente, y miró al viejo, que estaba a mi
lado-. Bueno, chico, creo que es hora de que descanses. Ya has escuchado
suficientes leyendas por un día, y mañana te espera un largo camino. Buenas
noches.
El viejo y yo nos levantamos y subimos las escaleras hasta la
planta de arriba, donde nos habían preparado una habitación pequeña pero muy
acogedora. Me dormí enseguida, llevado por los acompasados ronquidos del
anciano y las suaves voces de los que quedaban abajo. Soñé con personas
extrañas que vivían en lugares remotos. No los conocía, pero ya los consideraba
mis amigos.
CAPÍTULO VII : EL
MAR
Emprendimos de nuevo el camino por la mañana temprano, justo
a la salida del sol. Nos despedimos de los taberneros y de los huéspedes más
madrugadores, que también tenían pensado partir cuanto antes a continuar sus
desconocidas empresas. Todos nos desearon suerte y buen viaje, y los taberneros
nos llenaron las mochilas de víveres para varios días. Les dimos las gracias
por todo, y tomamos rumbo al oeste por un camino que serpenteaba entre las
parcelas de tierra de los vecinos de la aldea, al lado del río.
El tabernero no se equivocaba al decir que nos esperaba un
largo camino, pues andamos durante todo el día y sin hacer apenas pausas y, aun
así, cayó la noche antes de que llegáramos a nuestro destino.
Como el viejo pensaba que ya estaríamos muy cerca,
continuamos nuestra marcha incluso cuando el último rayo de sol se ocultó en el
horizonte. Pero, después de andar dos horas más en completa oscuridad, y sin
manera de orientarse ni siquiera con el mapa, desistió en su intento, y decidió
que dormiríamos allí mismo, y que por la mañana terminaríamos aquello que
habíamos empezado.
Pero esto no fue necesario, porque, cuando el cielo empezó a
clarear y salimos de nuestra ceguera, nos dimos cuenta de que habíamos dormido
en una cama inusualmente cómoda: ¡la arena de la playa!
Al parecer la noche anterior, con lo cansados que estábamos,
no nos habíamos dado cuenta de que ya habíamos llegado al final de nuestro
viaje, y ahora, en la plenitud de nuestras fuerzas, éramos capaces de percibir
todo aquello que no habíamos percibido unas horas antes: veíamos el mar,
olíamos las algas y sentíamos la suavidad de la arena bajo nuestros pies.
El viejo miraba a su alrededor con cara de extrañeza, como si
no comprendiera lo que había pasado. Yo, con los ojos como platos, contemplaba
anonadado aquella inmensidad inconcebible de color azul, que era en sí misma
una promesa de libertad. Estuve así cerca de media hora, sin poder apartar la
vista, hasta que me di cuenta de que el viejo, desde las olas, me llamaba.
Corrí hacia él, sin ni siquiera detenerme un momento a quitarme la ropa, y me
lancé al agua. Sabía nadar, porque había aprendido en el río de mi aldea, pero
lo que no sabía era que el agua del mar no se podía beber. Recuerdo lo mucho
que se rio el viejo al ver mi cara de sorpresa cuando lo descubrí, y también
recuerdo que, en aquel momento, el hombre parecía muchos años más joven. Noté
que el mar lo hacía feliz.
Estuvimos todo el día así, riendo y chapoteando entre las
olas y, cuando nos fuimos a dar cuenta, el sol se había puesto, y la noche
empezaba a caer sobre nosotros como un manto oscuro. Salimos del agua, y nos
dejamos caer sobre la arena. Y, con la cara iluminada por una sonrisa, nos
dormimos.
CAPÍTULO VIII :
VUELTA A CASA
Emprendimos el regreso a la tarde del día siguiente, después
de un último chapuzón y una silenciosa comida. Decidimos volver por el camino
largo, el que pasaba por la taberna en las llanuras, pues no teníamos prisa y a
los dos nos apetecía pasar por allí.
Cuando llegamos era ya noche cerrada, pero las ganas de oír
historias (y esta vez yo también tenía algo que decir), fueron más fuertes que
el sueño. Pasamos allí otros dos días y, esta vez sí, tomamos rumbo al norte y
nos dirigimos a la aldea. El camino de vuelta se me antojó más corto que el de
ida, porque tenía muchas ganas de volver a casa, aunque también me daba pena
que mi aventura estuviese a punto de llegar a su fin y, como ya he dicho, me
daba miedo que mi aldea se me hubiera quedado demasiado pequeña, después de
descubrir lo grande que era el mundo. El viejo, al percatarse de mi silencio,
me preguntó qué me ocurría, y todos estos sentimientos le transmití.
-Bueno, ahora que yo también vuelvo a casa, seguro que puedes
acompañarme en alguno de mis paseos...
Me detuve, sin entender a lo que se refería.
-¿Cómo que vuelves a casa?¿Qué quieres decir?
El hombre también se detuvo, y se me quedó mirando,
sorprendido. Después pareció comprender, y esbozó una sonrisa. Pero no dijo
nada. Por lo visto, algo se me había escapado, y quería que lo averiguara por
mí mismo. Estuvimos así un rato, parados en medio del bosque, sin decir nada. Y
entonces lo entendí.
-Tú eras el niño de la historia, el que se marchó de la
aldea, hace tantos años...
El viejo asintió con la cabeza, y seguimos caminando.
-Pensaba que ya te habías dado cuenta, chico. Has tardado lo
tuyo. ¿No te extrañó que el tabernero te contara esa historia? La verdad es que
lo teníamos todo preparado para decírtelo. Necesitaba que alguien supiera quién
soy realmente antes de volver...
-¿Y por qué me elegiste a mí?
-Bueno, eres el único que me cree en casa. Todos escuchan
atentamente las leyendas que cuento en la taberna, pero solo tú crees en ellas.
Piensan que estoy loco. Tú confías en mí, y yo, en ti.
Guardamos silencio hasta que, casi al anochecer, y sin apenas
darnos cuenta, inmersos como estábamos en nuestros pensamientos, nos
encontramos frente a la puerta de la taberna. A juzgar por las voces que venían
de dentro, estaba abarrotada.
El viejo abrió lentamente la puerta, y nos llevamos una
sorpresa cuando vimos que todos los vecinos de la aldea, mis padres y hermanos
incluidos, esperaban nuestra llegada. Cuando nos vieron aparecer,
interrumpieron todo lo que estaban haciendo, y gritaron:
-¡Bienvenidos otra vez!
Me lancé a los brazos de mis padres como si llevara un año
sin verlos, y no rechacé la comida que me ofrecieron. La celebración duró toda
la noche.
En un aparte, me acerqué al viejo y, en voz baja, le
pregunté:
-¿Cómo sabían que llegábamos hoy?
-No estoy muy seguro. Probablemente alguno de los huéspedes
de la taberna de la llanura pasó por aquí, y les dio la noticia...
Nos volvimos a quedar en silencio, un poco apenados.
-Espero volver a verlos a todos, algún día...
El viejo me miró, comprendiendo lo que sentía, y me dijo:
-Pues claro que volverás a verlos, y vivirás nuevas
aventuras. Irás conmigo.
FIN
El departamento de Ciencias
está participando en el proyecto Comunica con la elaboración de una guía
naturística de Balerma.
La idea es confeccionar una pequeña
guía donde el alumnado refleje lo aprendido en la materia de Biología y
Geología de 1º de la ESO.
¿Cómo lo haremos?
Después de cada unidad didáctica vamos a reconocer
elementos y conceptos aprendidos en esa unidad y los vamos a buscar por el
pueblo para plasmarlos en nuestra guía. Para ello, trabajando en equipo,
investigaremos y nos informaremos sobre diferentes aspectos del pueblo. Con
toda la información realizaremos una pequeña guía
Tarea nº 1: Las calles
La primera tarea ha sido analizar y conocer el significado
de algunas de las calles, parques y plazas y analizar si algunas de ellas está
relacionada con las ciencias naturales. Después de analizar el listado de todas
las calles, hemos visto que una gran parte de ellas tienen nombres relacionados
con el mar. El alumnado ha realizado una pequeña redacción incluyendo el nombre
de varias calles.
Os mostramos una de las redacciones de una alumna de 1º de
ESO A
Aquí os dejo algunos cómics realizados por alumnado de 2º de ESO para que podáis disfrutar de su lectura:
Autora: Sofía Hernández
Autor: Gonzalo Valencia
Autora: Almamarina Sánchez
CURSO 2019-2020
2º B y 2º C
Autora: Chadia El Ghazi (2º C)
Autora: Candela Pende López (2º C)
Autora: Alba Heras Fernández (2º B)
Autora: Zohra Lagnadi (2º B)
Autora: Laura Fuentes Suárez (2º B)
Imperfecta
La
ciudad brilla.
Cada
persona la ilumina cuando se despierta.
Se
levantan a las seis de la mañana,
con
ganas de comerse el mundo
y
se acuestan a las doce de la noche,
con
ganas de vomitarlo.
Es
entonces cuando todo se apaga,
ya
no hay luz.
Yo
soy una de esas personas.
Cuando
todo se apaga,
lloro
en silencio sin que nadie se dé cuenta.
No
soy perfecta,
ni
pretendo serlo,
escondo
lo mejor de mí en un abismo.
Soy
una imperfecta más en este siglo,
este
siglo en el que todos quieren ser los mejores.
No
les importa el daño que puedan causar.
Su
mentira es más importante.
Sonríen,
cuando
en realidad están llenos de heridas,
heridas
que les matan.
Duele,
lo
sé porque yo también tengo.
No
quiero que la poesía sea mi escudo,
sino
mi arma.
Andreea Stroiu
Microrrelatos ganadores del Concurso de Microrrelato y Fotografía:
MICRORRELATO DE AINHOA BENAVIDES MUÑOZ:
TÓXICO
Aquí me encuentro un día más, viendo cómo poco a poco me voy consumiendo, perdiendo fuerzas.Ojalá aquellas personas que contaminan entendieran un mísero segundo de mi vida. me siento utilizado por todos ellos, nunca se paran a pensar en el daño que me causan, solo con arrojar un pequeño trozo de plástico dentro de mí. Yo antes era hermoso...
Miles de accidentes se producen dentro de mí, soy testigo de cada uno de ellos, pero no me agrada ni mucho menos, soy muy extenso, no puedo controlarme.
Y lo siento por aquellos pocos que sí se preocupan por mí, pero, un día, a lo que ahí veis pacífico, no podrá retener nada más, así es, estallaré.
Amigo/a, ahora que tienes tiempo...aléjate de mí.
MICRORRELATO DE MARA GARCÍA GUTIÉRREZ:
DÍA DE PLAYA
Su madre la estaba llamando desde lejos, pero estaba tan concentrada en encontrar el ángulo perfecto que no se percató de ello. Cuando se quiso dar cuenta de la llamada de su madre, ella ya estaba a su lado con el ceño fruncido.
Después de hablar un rato, a Amanda le llegó un reflejo desde el agua y, sorprendida, se asomó al agua, pero por un descuido, Amanda cayó al agua. Entre risas Amanda notó que algo le estaba tocando el pie en el agua, se agachó, y cogió una bonita caja cerrada con llave, que lucía un signo pirata en la tapa. Amanda, sorprendida, fue a contarle el descubrimiento a su madre.
Intentó abrirla, pero no hubo éxito. Entonces ahí las vio: eran dos palmeras cruzadas entre sí y, como si de fantasía se tratase, vio la forma de una llave dibujada en una de las dos palmeras. Corrió hacia ellas, pero no había nada, solo esa solitaria roca justo en el centro. Pensó y pensó, pero no se le ocurría nada, mirando la roca se dio cuenta, ¡tenía que estar en la roca!
Con todas sus fuerzas apartó la roca, dejando a la vista aquella diminuta llave.Corrió hasta su madre y le enseñó la llave, la abrieron y encontraron una carta y un mapa de estrellas.
La carta contaba el código para descifrar aquel mapa pirata de estrellas, que guiaba hasta la playa de los Genoveses. En su tiempo era una playa que guardaban en secreto algunos navegantes...
MICRORRELATO DE ANDREA STROIU:
ESTACIONES
Y son tus ojos almendrados los que me recordaron el otoño, el movimiento del mar y el vaivén de sus olas.
Con la mirada hacia un nuevo amanecer, apareces cada primavera.
Esta vez no te irás, tornarás parte del aliento del invierno y te recordaré en el suspiro del verano.
Y llegó la inspiración al aula de 1ºB...
Variación de un “Soneto de repente” de Lope de Vega.
Entonces un soneto voy a inventar…
en él hablaré de cómo lo haré,
y ocho positivos me embolsaré.
Lo malo: no sé ni cómo empezar.
No veas tú la hartá que me voy a dar
de pensar palabras que rimaré.
A la maestra yo le demostraré
que un poema soy capaz de realizar.
Por la tercera estrofa voy entrando,
el poema está bien cocinado,
y es que un gran soneto yo estoy formando.
He dejado el soneto bien atado,
y todos quedaréis alucinando,
porque el poema ya lo he terminado.
Darío Escobar Mingorance 4º A.
Mi libro preferido
'Los mundos de Coraline', de Neil Gaiman , es un libro de aventuras que trata sobre ua joven que se muda con sus padres a una casa muy extraña en la que le suceden cosas muy raras. Este libro es muy interesante.
A mí me pareció un libro muy bueno, además hay una película. Las ilustraciones son también muy bonitas y la portada es maravillosa.
En definitiva, recomiendo este libro a todos los jóvenes.
(Antonio Amaro Copado López)
Caridad en el IES Mar Azul
Hoy, 21 de abril, se ha celebrado la duodécima edición del Día del Libro con unos registros extraordinarios.
Como todos los años, se ha celebrado el mercadillo solidario en el instituto de Secundaria de Balerma (IES Mar Azul).
Este año se han registrado unos resultados sorprendentes, han participado más de 200 personas entre alumnos y profesorado recogiendo la friolera cantidad de 500 euros. Este dinero recaudado se enviará a la asociación contra el cáncer 'Mójate por la vida'.
El mercadillo ha contado con muchas cosas para vender como libros, marca páginas (hechos a mano), camisetas... Así como los alumnos han podido disfrutar de un maravilloso desayuno que ha constado de zumos, fruta e incluso bollería industrial.
Cabe mencionar el gran esfuerzo realizado por los profesores para que esto haya sido posible y convertir lo que hubiera sido un día normal en una jornada fantástica en la que los alumnos han podido conocer ciertos valores y a ayudar a los más necesitados.
(Antonio Criado Gómez)
Poemas en el aula de 2º:
Las lágrimas de la doncella
Sus lágrimas como lluvia caían
por el cuerpo del amado.
Se desvanecían en aquel prado.
Una paloma blanca por ahí voló
y en un cuervo negro se convirtió.
Su tristeza no tenía fin.
Con un espejo ella se tropezó,
y sin darse cuenta lo rompió
y con su vida acabó.
Recorriendo de cristal en cristal
su alma perdida y su malestar.
(Denis Cristea)
La cuna
No había sol, no había luna
para que cuide de aquella cuna
que navega en la laguna.
Allí había un bebé
que miraba a las estrellas.
Encontrado por una señora
convertida en una doncella.
"Era bella"- decía él, decía ella.
(Denis Cristea)
EL ARPA
El arpa comenzó a cantar,
y el sol empezó a bajar.
Él canta de madrugada,
de madrugada él cantará.
Una canción bonita,
que tú debes bailar.
Como ángel caído del cielo,
tú deberás viajar.
Con el arpa en la mano,
caminando por la orilla del mar.
Con una sonrisa bonita y las
lágrimas que derrocharrás,
al oír el arpa cantar.
(Ely López Sabio)
MICRORRELATOS GANADORES DEL CONCURSO DE REDACCIÓN 2016
TERCER FINALISTA: ANTONIO CRIADO GÓMEZ (3ºA)
MI GRAN NOCHE
Y allí me encontraba frente al primer toro que torearía en mi vida. Era alto, con un intenso color negro y una mirada desafiante. La plaza esperaba ansiosa mi triunfo. El toro alzó su mirada y se dirigió hacia mí. En esos breves segundos que tenía para reaccionar me acordé de todas las horas de sudor y trabajo por las que había pasado para llegar hasta aquí e incluso de las palabras de mi padre: 'Sin miedo, pero con respeto'. Entonces dejé mi mente en blanco y me puse a torear.
SEGUNDO FINALISTA: Alejandro Espinosa Montes (3º A)
LA IRA
La historia de la ira comienza hace mucho tiempo, cuando no existía la humanidad. La ira de entonces no era como la de ahora, sino que era tranquila y buena. Pero aun así dos emociones se reían de ella. Un día, más concretamente, el día anterior a la creación del ser humano, la ira destruyó a las dos emociones que se reían de ella. Viendo que no se sentía feliz, aunque se había librado de ellas, llegó a la conclusión de que tenía que destruirlas a todas. Por eso, cuando tenemos ira perdemos la alegría, miedo y otras emociones.
Mi consejo es: 'Controla la ira porque si se descontrola perderás emociones buenas'.
PRIMERA FINALISTA: Andrea Jiménez Cobo (1º B)
LA MIRADA DEL PEZ
Amanecía en el puerto cuando mi hermano y yo nos subíamos a una barquita para irnos a pescar. La barca era pequeña y con un motor fuera borda de 2 CV. Le echamos gasolina y nos fuimos mar adentro. Lanzamos los sedales y pronto notamos una picada. Pesaba bastante. Lo sacó mi hermano y era un dentón. Se me quedó mirando y le dije a mi hermano: 'Suéltalo, no quiero quedarme con su mirada para siempre'.
Trabajos de redacción de la clase de Ámbito Sociolingüístico que se realizaron con motivo del día de Halloween:
CUENTO DE Cristian Fernández (3º B):
HOTEL Y
GRAN
CASINO
DRACULíN
En
un lugar de Rumanía de cuyo nombre no quiero acordarme había una mansión en
donde vivía el Conde Drácula. Drácula tenía 111 años y estaba aburrido de estar
siempre solo en su mansión, así que un día
se le ocurrió crear un casino hotel en su mansión.
A
la mañana del día siguiente se puso a
pensar nombre para el casino hotel y después de 5 días se le ocurrió el nombre:
Gran Casino y Hotel Draculín.
Le
costó mucho trabajo conseguir los objetos del casino. Tardó casi 50 días en
conseguir los objetos. Una vez conseguidos, cogió su iphone y llamó a su amigo
Frankestein “Frank” para decirle que si le ayudaba con su hotel y Frank aceptó.
Cogió de nuevo su iphone y llamó al hombre lobo “Wolfy” el cual también aceptó.
Al día siguiente cogió su móvil y llamó a Batman. Este dijo que no iría porque
tenía que salvar el mundo. Drácula necesitaba más gente, pero ya no sabía a
quién más llamar, así que se puso a mirar sus contactos y encontró un contacto
que ponía “papa”. Este, sin pensarlo dos veces, lo llamó. Drácula escuchó cómo
su padre decía:
-¿Quién
es?
-Papa,
quiero montar un casino hotel en mi mansión. ¿Me ayudarías?
-Sí
claro, lo que sea por mi hijo.
Drácula
colgó y guardó el teléfono.
Al
día siguiente tocaron en la puerta de la mansión de Drácula. Este fue a abrir y
al ver que era su padre exclamó:
-
¡¡PAPA, has venido!!
-
Claro ,hijo, te dije que te ayudaría.
Padre
e hijo se pusieron a ordenarlo todo, así colocaron las mesas de juego en su
lugar correspondiente y ordenaron las habitaciones.
Al
padre de Drácula se le ocurrió hacer una fiesta de inaguración, así que le dijo
a su hijo:
-
Draculín, en mis 598 años de vida he estado en muchas fiestas, así que
podriamos organizar una fiesta.
Este
asintió con la cabeza.
El
padre de Drácula era buen informático, de modo que creó los posters con su
ardenador. Drácula y su padre no podían salir a la calle de día, entonces
Drácula llamó a Frank para que pegara los posters por toda Rumania, también
llamó a Wolfy para que le acompañara pegando los posters a lametazos.
Pasaron
3 meses y no venía nadie a la mansión y Drácula dijo:
-
La de millones que gasté en este hotel para nada.
Entonces
en ese momento vieron a un humano acercándose a la mansión. Este señor se
presentó:
-Hola,
Buenas noches, me llamo Franklin Davis.
Saltó
Frank y respondió:
-
Anda tu nombre se parece al mío.
Todos
rieron, y Drácula respondió a Davis:
-Señor
Davis, por ser nuestro primer huésped le daré la habitación VIP.
Y
diciendo esto le guio hasta la habitación.
A
los 25 días se fue Davis del hotel y todos se entristecieron, pero lo que no
sabían era que Davis era un crítico de hoteles y al encantarle el hotel, en su
web publicó el hotel: El Gran Casino y Hotel Draculín.
Días
después empezó a venir gente. Un día sonó el iphone de Drácula.
Era
Davis y le contó que publicó su hotel en su web. Drácula, al oír eso, se alegró
muchísimo y él dijo a Davis que por agradecérselo podía ir al casino y al hotel
gratis.
Cinco
años más tarde Davis volvió al hotel, este ya no era como él recordaba, ahora
tenía más empleados, algunos eran humanos y otros no. Cuando Davis entró al
hotel preguntó por Drácula en recepción. El recipcionista pulsó una campana y
en un momento se presentó Drácula.
Este
se alegró mucho al ver a Davis y le abrazó diciendo:
-
¡Viejo amigo! ¿Cómo te va? ¿Qué quieres?¿Una habitación?
-
Me va bien, pero no busco habitación, sino trabajo. Me echaron de mi antiguo
trabajo y ahora estoy en el paro.
Drácula
asintió a la vez que dijo:
-
Davis, estás contratado.
Este
se alegró mucho.
Davis
preguntó a Drácula:
-
¿Cuántas personas han venido en estos 5 años?
-Muchas
-respondio- vino uno llamado Barck Obama, decía ser el presidente de los
Estados Unidos.
-
¡En serio! Pues sí que se ha hecho famoso el hotel.
-
Sí gracias a ti.
Drácula
le dio la mejor habitación a Davis y le
contó que a la mañana siguiente se celebraría sus 116 años, a lo que este
respondió que no se lo perdería por nada del mundo.
A
la mañana siguiente Davis bajó a la planta baja y estaba allí Drácula que, al
ver a Davis, empezó a decir:
-
Hoy, 31 de octubre de 2015 es mi cumpleaños. Cumplo 116 años y quiero deciros a
todos que esta noche a las 10 habrá una fiesta en el casino. Ahh casi se me
olvidaba, quiero agradecer a mi amigo
Davis por lo que hizo hace 5 años.
– No tienes por qué agradecer
nada, solo hacía mi trabajo.
FIN
CUENTO DE Baldomero
Cortés Cortés (3º A):
Treinta y seis horas
Érase
una vez en un lugar de Balerma de cuyo
nombre no me acuerdo, había un grupo de amigos echando unas partidas a la Play
3: Adrián, Baldomero, Cristian, Sergio, Robert y Oussama, eran los
protagonistas para ser exactos. Estaban tan tranquilos, unos jugando a la Play
3, otros jugando al ajedrez y otros con el móvil.
Pero
ese día cambiarían sus vidas, porque ese día se quedaron en esa mansión ( no me
acuerdo del familiar que le dejó de herencia esa mansión a mi amigo), pero ese
día se quedaron atrapados por culpa del que parecía ser un terremoto.El
terremoto fue tan fuerte que destruyó parte de la casa, por donde estaba la
puerta hacia la calle y parte del piso de arriba. La mansión quedó destrozada,
no sabían qué hacer.
Los
chicos fueron listos; rápidamente cogieron sus móviles y llamaron al 112 y
familiares para preguntar cómo estaban. Al parecer todos los familiares estaban
bien, pero toda la zona de El Ejido estaba afectada incluso parte de Almería.
El terremoto fue tan abrumador que se registró entre los 10 primeros más
fuertes de la historia.
Pero al
igual que ellos muchas personas también estaban atrapadas y no podían
ayudarles. Además era difícil encontrarlos con tantas habitaciones y destrozos
que provocó el terremoto. Por suerte había televisiones que aún funcionaban y
como locos empezaron a poner las noticias, y desde ese momento se dieron cuenta
de que ellos y sus familias fueron muy afortunados al estar vivos.
Con el
paso de las horas recapacitaron y se pusieron a pensar cómo iban a sobrevivir
hasta que los rescatasen. Rápidamente fueron a mirar cuánta agua y comida les
quedaban, pero al parecer no quedaba mucha, según Robert. Oussama y Adrián decían
que habría como mucho para 2 días, que tendrían que racionarla bien porque no
sabíamos cuándo saldríamos de allí, pero la comida no era lo que nos
preocupaba, sino el tema del agua, solo encontramos una botella de 1,5L casi
vacía, otra botella de 1,5L más o menos media y por suerte una garrafa de 8L
sin empezar.
Al rato
volvieron a llamar a emergencias, pero quedaron decepcionados al escuchar que
todos los policías, bomberos y enfermeros estaban ocupados. La chica que estaba
en el teléfono nos preguntó dónde estábamos situados, y al darle la información
nos dijo que en cuanto pudieran enviarían a gente para rescatarnos.
En ese
momento fuimos a intentar quitar esas montañas de ladrillos, cristales y
cemento. En seguida nos dimos cuenta de que no iba a ser tan fácil y que era
más peligroso de lo que creíamos. De todos modos intentamos quitar toda esa
gran montaña y como ya dije antes fue muy difícil: al igual que había
piedrecitas, también había trozos de paredes enteras y aunque entre los 6
intentamos levantar esos grandes bloques, no podíamos.
Estábamos
tan asustados y nerviosos que pusimos mantas y cojines en el suelo y nos
pusimos todos a dormir juntos en una habitación gigantesca que parecía ser un
salón. Encendimos la tele e intentamos no pensar en lo que nos estaba pasando.
A la mañana siguiente cuando nos despertamos nos quedamos mirándonos unos a
otros como con caras de estar diciendo:' ¿qué debíamos hacer?' Cuando
llevábamos 15 o 20 minutos levantados y sentados en el sofá callados de repente
se escuchó a Sergio preguntando:
–
¿Deberíamos desayunar?
De
nuevo todos nos quedamos mirándonos y Cristian dijo:
–
Yo pienso que no deberíamos, no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí.
En ese
momento todos los demás saltaron diciendo que ellos también tenían mucha
hambre. Al cabo de cinco minutos nos pusimos de acuerdo en que desayunaríamos
menos de medio vaso de leche con 3 galletas. En ese momento sonó el teléfono de
Oussama, todos nos quedamos atragantados diciéndole que lo cogiera.
–
¿Quién es? - dijo Oussama.
–
¡Enseguida enviaremos a alguien para que os rescate! Escuchamos todos,
porque estaba en modo altavoz.
Nos
pusimos muy contentos, deprisa empezamos todos a comer sin estar angustiados
porque sabíamos que iban a venir a rescatarnos. Comimos hasta el punto de dejar
tan solo media barra de pan, 6 o 7 lonchas de jamón y un paquete de 250g de
bacon sin empezar.
Se pasó
la tarde y nadie vino, pero no perdimos la esperanza, sabíamos que ya vendrían,
que nuestros familiares no descansarían hasta rescatarnos. Esa misma noche
escuchamos golpes y voces muy lejanas de nosotros. Empezamos a gritar y de
repente escuchamos a un hombre decir:
–
¿Hay alguien ahí? - dijo este hombre.
–
Sííí, aquííí – gritamos todos.
–
¡Esperad un momento, chicos! - dijo el hombre.
–
Al cabo
de unas dos horas más o menos escuchamos a aquel hombre de nuevo diciendo que
nos pusiéramos en la habitación más alejada y que nos pusiéramos a cubierto. De
repente escuchamos un ruido horroroso, con unas grandes sacudidas. Por un
momento pensamos que el techo se nos caería encima, pero al cabo de media hora
más o menos vimos un rayo de sol que entró por el techo. Al instante escuchamos
a ese hombre otra vez diciendo:
–
¡Ahora todo está en vuestras manos, chicos!
En ese
momento cogimos todo lo que veíamos y construimos una especie de escalera.
Primero lo intentó Sergio y cuando estaba tan cerca de la superficie nos dimos
cuenta de que no llegaba, pero de repente aparecieron unas manos y se escuchó a
aquel hombre de nuevo que le dijo a Sergio:
–
¡Dame la mano!
Sergio
le dio la mano y gracias a él Sergio pudo salir, a los pocos segundos
escuchamos a Sergio diciendo:
–
Estoy bien, ahora vamos a por vosotros.
Y al
igual que Sergio todos nosotros pudimos salir de esa mansión que para algunos
era una mansión genial, pero que para nosotros durante esas malditas treinta y
seis horas fue la mansión infernal.
A
partir de ese día, Sergio, Cristian, Oussama, Robert, Adrián y Baldomero fueron
los mejores amigos, eran incluso mejor que hermanos.
Desde
lo ocurrido los seis chicos fueros famosos y aparecieron en entrevistas ,
aunque ya tanta fama les mareaba aunque les gustaba, pero ellos siempre tenían
una pregunta en sus cabezas, y esa pregunta era:
Y, ¿por
qué?, ¿por qué les tocó a ellos ser famosos y no a otros que lo pasaron igual o
incluso peor que ellos?
Pero
ellos no le dieron importancia, lo intentaron olvidar y seguir con sus vidas
corrientes. Y así termina este cuento, en tan solo treinta y seis horas tienes
los mejores amigos del mundo y una fama que lo flipas. Creo que no se puede
pedir más por solo esperar treinta y seis horas de lo que al cabo de un tiempo
lo pensamos y nos echamos a reír porque más bien pareció una acampada entre
amigos.
FIN
CUENTO DE : Imane Boullaga (3º A):
LA CASA ABANDONADA
Mi familia y yo nos trasladamos
a Bochinton ese día. Era un día tormentoso,
yo estaba feliz porque iba a hacer amigos nuevos , pero a la vez triste porque ya no iba a ver a mis amigos a
las 20:00. Llegamos a nuestra nueva casa de Bochinton , era una casa enorme y
muy bonita.
Al día siguiente empezaron las clases. La
gente del instituto era súper agradable,
me cayó súper bien. Cuando terminamos
las clases de vuelta a casa vino una chica hacia a mí y me habló. Era del
instituto, se llamaba Margot, me dijo que si quería ser su amiga, yo le dije
que sí , era una chica muy maja . Cuando
llegamos a mi casa la invité a entrar, le enseñé la casa. Luego a las
4:00 merendamos juntas e hicimos los
deberes, dos horas después la acompañé a su casa. Ella y yo decidimos salir al
día siguiente porque era el día de
Halloween .
Día 31 de octubre . Eran las
10:00 de la mañana . Yo quería que fuese ya de noche para salir con Margot a
tocar las puertas y tirar huevos y pasárnoslo bien . Mi madre me llamó para
merendar, bajé , nos preparó
espaguetis (a mí me encantan ) , comí y me fui a mi cuarto a echarme una
siesta . Dos horas después mi madre me despertó diciéndome que Margot había
llegado . Yo me vestí y bajé rápido , ella estaba en la puerta con una máscara , parecía un monstruo peludo .
Ella dijo:
_ Hola , Imane
¿te gustó mi máscara?
_ Sí , está guay , yo no me voy a poner ni
máscara ni nada ¿para qué?
Ella dijo :
_Te presto una. En mi casa
tengo. Vente, de camino me paso y te la doy .
Yo dije :
_ Vale , lo que quieras.
Salimos de mi casa , la gente
estaba en la calle disfrazada pidiendo chuches y tirando huevos ( a mí me
parecía que lo de tirar huevos estaba mal , pero como a mi amiga Margot le
gustaba tirar huevos y fastidiar , pero
bueno lo que ella quisiera,pero yo no iba a tirar solo a pedir chuches
)llegamos a la casa de Margot , ella
subió y me trajo la máscara .Yo le pregunté a Margot que quién vivía en esa
casa tan enorme y sucia . Estaban las ventanas rotas y no estaban las luces
encendidas . Creo que estaba abandonada . Margot me dijo que en esa casa vivía
una familia , pero que por desgracia el hijo mayor se suicidó y murió en esa
casa .Desde entonces ellos no volvieron a aparecer y nadie quiso entrar en ella .
Le dije :
_ Pobrecillo no sé por qué se
suicidó , pero no es la solución .
Margot dijo :
_ Pero , ¿qué quieres que te
diga , tía? . Era un chico súper guapo y yo le quería mucho , pero se suicidó .
Yo estaba súper triste cuando me enteré
de lo ocurido .
Le dije a Margot :
¿ Te atreves a entrar ?
Ella dijo :
_ No,nadie entró y ¿quieres que
nosotras entremos? ¿Estás loca de la
cabeza o qué, tía? Yo no entro .
Le dije :
_ ¡ O entras conmigo o entro
sola ! lo que quieras , pero quiero entrar.
_ Vale , pero salimos rápido ,
es que me da miedo .
_ Vale, será rápido , no tengas
miedo . Mientras que esté contigo , no te pasará nada, Margot .
Nos acercamos a la casa enorme ,
toqué a la puerta para ver si había alguien , pero la puerta se abrió sola ,
Margot y yo nos asustamos mucho pero entramos . Era una casa súper bonita ,
pero estaba abandonada, llena de
telarañas y de polvo . Le dije a Margot que por qué no arreglábamos esa casa y
la limpiábamos y que fuese para nosotras .
_ ¿ Estás de coña ? No lo digas
ni lo vuelvas a decir , yo antes entré contigo solo porque no quería que
entrases sola y ahora me dices que quieres que vivimos aquí ¡ Estás loca, tía !
_ Vale,que es de broma .
Escuchamos un ruido. Margot se
tiró hacia mí y nos acercamos juntas
para ver qué era ese ruido y escuché que Margot se reía , que era solo un gato
.
_ Vaya, qué cara has puesto, ni
que hubieras visto un fastasma.
_ No te rías , esto no tiene
nada de gracia .
_ La que al principio tenía
miedo ahora eres tú la que está 'cagá', y esto no tiene nada de gracia.
_ Lista , no te rías más .
_ Le dije a Margot que si quería
subir arriba para saber lo que había y
para ver si encontrábamos fotos del chico que se suicidió .
Ella me dijo que no podía porque
se había hecho daño en la pierna , por eso no podía subir las escaleras. Le di
mi móvil que tenia luz y le dije que se quedara allí y que no se moviera hasta
que volviera . Ella se sentó en un sofá que estaba allí, sucio y yo subí para
averiguar y ver si había fotos del chico. Subí arriba, había 3 habitaciones, un
baño y una sala de estar. Entré en una habitación, pisé algo, lo cogí y era una
foto, eran ellos, la familia que desapareció, se veían felices. Allí estaba el
chico, era súper guapo. Había también una chica, era también súper guapa, se
veía que era su hermana o su novia, ¿quién sabía? Abrí el armario y vi una caja
llena de folios, cogí los folios. Fui pasando los folios y en medio de los folios encontré un cuchillo
lleno de sangre. De repente oí como voces. Llamé:' ¡Margooooot!¿Estas allí?
'.Ella no respondió. Yo fui corriendo
hacia abajo para ver si estaba. De repente vi una sombra pasar rápido, me
asusté mucho, me puse a llorar, pero seguí adelante para ver dónde estaba Margot. No estaba Margot en el sitio que le
dejé.
_ Para ya con las tonterías,
tía. No hace gracia, vamos ya. ¿Dónde estás, Margot?. Busqué por toda la casa y
no estaba, empecé a llorar, ya no podía más, me arrepentí de haber entrado
allí. Margot tenía toda la razón del mundo. No deberíamos haber entrado.
_ Si le pasa algo a Margot por
mi culpa me muero.
De repente escuché un ruido.
Escuché como la voz de Margot que decía: “Imaneeee, corre ” y entré: ella
estaba tirada, llena de sangre y le dije: '¿Qé te pasa? Dime qué te pasa.'
_ Ahora, no, luego te lo
explicó. Vámonos, la cogí a cocos y cuando queríamos salir la puerta se cerró y
vimos la pared que se empezaba a escribir, era sangre: “ Quien entra a esta casa no sale” . Yo grite
: '¡Margot!'. Estaba llorando a tope, empecé a golpear la puerta y a gritar a
ver si nos oía alguien. De repente oímos una voz que decía: “Vosotras os
quedaréis aquí conmigo”. Empezamos a gritar y a golpear la puerta. De repente
vimos una sombra, era el chico que se suicidió. Le dije a Margot: “ Si estaba
muerto”. Empezó a bajar las escaleras, estaba despeinado, con la ropa sucia y
los ojos rojos. Se acercó hacia nosotras, nos dijo : “Idos de aquí , os van a
matar ''
_¿Tú
no te habías muerto?
_ No. ¿Es que no me ves? Estoy
aquí al lado tuyo.
Yo me quedé paralizada, todo me
vino de golpe, no me creía que esto me estaba pasando. De repente vimos una
sombra que se acercaba hacia nosotros. Él dijo : “Idos , corred os van a
matar”.
_ No , no vamos a irnos, te vas
a venir con nosotras.
_ No, yo no puedo .
Yo vi un martillo en el suelo,
lo cogí y le di un golpe a la puerta, cogí a Margot de la mano y al chico y les
saqué para fuera. Corrimos sin mirar hacia atrás, nos paramos y vimos cómo la
puerta se cerraba de un golpe súper fuerte. Estaba aterrorizada por todo lo que
pasó.
_ No voy a pasar por aquí en la
vida.
_ Ni yo.
El chico nos dio las gracias por
salvarle: "Si no hubiese sido por vosotras....''Nosotras le abrazamos y
nos fuimos juntos a mi casa FIN.
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